Por Leonardo L. Tavani
Calificación: Buena plus ★★★+
Más
allá de los géneros cinematográficos, a los que los vanguardistas desprecian
con la misma intensidad que al sentido común, los filmes de “fórmula” son ya un
clásico en toda regla. Una “fórmula” no es un género en sí mismo, sino una
suerte de plantilla argumental que puede aplicarse a diferentes géneros o
incluso a un cruce entre ellos. Los filmes de adolescentes, y en particular los
de asesinos seriales de púberes, son claramente una fórmula que el cine
norteamericano ha explotado hasta el hartazgo. Lejos, lejísimo, han quedado
dignos exponentes como Viernes 13 (Friday The 13th; 1980, Sean S. Cunningham) o la “multiclonada” Halloween
(ídem; 1978, John Carpenter), a los que tanto la calidad de sus tramas como sus
muy dignas realizaciones les valieron un lugarcito eterno en el corazón de los
fans del gore y el “slasher”.