Por Leonardo L. Tavani
Freud (Alemania, 2020 – Netflix) -Excelente ★★★★★ - es una exploración abrumadoramente perturbadora
acerca del inconsciente y las pulsiones más oscuras que nos dominan desde el
silencio y sus penumbras. Lo hace imaginando un momento preciso en la vida del
insigne creador del psicoanálisis, el de sus primeros años como neurólogo
(inmediatamente después de su estadía en París, donde estudió los métodos de
Charcot), cuando todavía no tenía un céntimo, no lograba obtener el beneplácito
de la familia de su prometida y aun no ordenaba en un todo coherente sus
teorías acerca de la mente y el inconsciente. Judío plebeyo de clase media a
duras penas “alta”, que se ve obligado a abrirse camino en una Viena larvada
pero insidiosamente anti judía, en la que no tener un título nobiliario ni un
“apellido” resulta apenas peor que ser un delincuente, este alto, joven,
desgarbado y obsesivo Sigmund —demasiado afecto a estimularse con una solución
de clorhidrato de cocaína— intenta abrir su propia consulta mientras sigue
trabajando en el ala para alienados del hospital general de Viena, donde la
resistencia a las nuevas ideas está tan arraigada como la inútil crueldad de
sus métodos “terapéuticos”.