Fim Noir o Cine Negro: Dos Nombres para el Género que Nos Retrata desde el Subsuelo

por Leonardo L. Tavani        
Bogart como Sam Spade en "El Halcón Maltés"
  Su nombre se evoca en francés, pero sus raíces son eminentemente norteamericanas. Sus estudiosos lo diseccionaron desde la ciudad luz, pero cada fotograma que lo definió brotó del corazón de Tinseltown. Es un estilo, una gramática, un movimiento. Es la noche, la niebla y el humo de un cigarrillo que asfixia el cielorraso de una habitación que apesta. Es la paranoia y el miedo, la pasión y la ciudad; el sexo sucio y la codicia irredenta. Film Noir le sienta bien, pero no le hace justicia; suena demasiado cool como para dibujar una realidad tan amarga. En su propia lengua suena mejor; en la nuestra también. Cuando apareció nadie sabía muy bien cómo clasificarlo. Se impuso porque era inevitable, porque nos reflejaba tal como éramos, no como decíamos ser. Triunfó sobre modas y corrientes hasta definir un modo casi unívoco de ver el mundo; de tolerarlo; de escupirle en el rostro. Es el Cine Negro. Es el lado ‘B’ del relato; de todo relato. Somos nosotros desnudos de toda moral. Bienvenidos al sótano.

MARÍA FÉLIX: PASIÓN MEXICANA, TORBELLINO UNIVERSAL

por Leonardo Tavani
El maravilloso poder simbólico del cinematógrafo engendró desde su nacimiento una serie de nuevos fenómenos sociales —nuevas mitologías— que invocaron otras voces, otras miradas. A él le pertenece la aparición del star system, expresión glamorosa que esconde una realidad inabarcable, que es la relación cuasi religiosa entre el público y la estrella de cine. ¿Y qué diablos es una estrella? Pues otra cosa muy distinta del actor, y muy emparentada con la Diva. A partir de la belle èpoque, cuando el teatro y la ópera se volvieron respetables, esos mágicos seres que se adueñaban del espacio simbólico de un escenario se transformaron en divos; eran amados y venerados —imitados en sus excentricidades— y seguidos de ciudad en ciudad con admirable estoicismo. La soprano era la diva de la ópera (Lotte Lehmann, Grace Bumbry, Maria Callas), y la actriz de prestigio la diva de la prosa (Sarah Bernhardt, Isadora Duncan, Henry Irving en la sección masculina). El cine lo cambió todo, y de pronto, su hipnótica alquimia transformó a esos divos en dioses, en seres más grandes que la vida; héroes y heroínas de vidas infinitamente más interesantes que nuestras mediocres existencias.

Drácula en el Cine: Una Historia de Hemoglobina y Celuloide


por Leonardo Tavani

INTRODUCCIÓN


         Si bien los vampiros habían revoloteado antes por las páginas de la literatura gótica inglesa (The Vampire, 1821, de John William Polidori / Melmoth the Wanderer, 1820, de Charles Robert Maturin / Varney the Vampire, or the Feast of Blood, 1847, de John Malcolm Rymer / Carmilla, 1871, de Joseph Sheridan Le Fanu), no sería sino hasta la publicación de Drácula —en 1897— que los no-muertos alcanzarían el status de íconos de la cultura popular occidental que hasta hoy ostentan. Su autor, el irlandés Abraham “Bram” Stoker (1847-1912) —esoterista e iniciado en la Hermetic Order of the Golden Dawn (Orden Hermética del Amanecer Dorado)— se inspiró en la figura del Voivoda (similar o equivalente a “príncipe”) Vlad Tepes (o Tsepesch), alias Vlad Drakul y Vlad “el empalador”, quien ocupó por tres veces el trono de Valaquia durante el último tercio del siglo XV y combatió ferozmente a los turcos hasta el final de su vida. Sus peculiares hábitos, entre ellos el de beber la sangre de sus enemigos recientemente ejecutados —fruto, sin dudas, de prácticas mágicas (nigromancia y necromancia) en las que estaba iniciado— unido a su proverbial ferocidad en batalla, lo hicieron el candidato ideal para encarnar al príncipe de los vampiros. Stoker utilizó un amplio material de estudio que le proveyó su amigo personal y “hermano” en la Orden, el profesor Arminius de la Universidad de Copenhague, al que se permite nombrar dos veces en la novela, haciéndolo pasar como colega del ficticio Dr. Van Helsing. Los detalles acerca de su creación son por demás jugosos, pero deberán quedar para un blog que trate exclusivamente de literatura; nosotros, de aquí en más, nos abocaremos a su traspaso a la gran pantalla. ¡A cuidar las carótidas!

“THE EXPANSE”: Cuando el Sistema Solar resulta un Lugar Muy Pequeño



Por Leonardo Tavani
Calificación: Excelente ★★★★★

The Expanse (Ídem) Canadá, 2015-‘17.
Emitida por SyFy Channel. Disponible en Netflix.
Serie de Tevé. Tres temporadas. Basada en la serie de novelas de James. S.A. Corey.
Creada por Mark Fergus & Hawk Ostby.
Interpretes: Thomas Jane, Steven Strait, Cas Anvar, Shohreh Aghdashloo, Wes Chatham, Florence Faivre, Shawn Doyle.-

            Por un momento olvidémonos de antecedentes, fichas técnicas, novelas de origen, país de procedencia y todas esas cosas que rodean a un proyecto televisivo hasta casi ahogarlo. Apaguemos todo y quedémonos tan solo con una cosa, el producto en sí. Y conste que “producto” es apenas un sustantivo que no puede ni pretende disminuir el maravilloso poder sugestivo de la serie que nos ocupa. Hagamos silencio entonces, y al menos durante estos primeros párrafos, centremos nuestra atención en una única cosa: The Expanse.

El Agotamiento de las Sagas Cinematográficas: Una Aproximación al Problema


           
 

por Leonardo Tavani


          
  El presente artículo nació de una conversación entre amigos, cuando uno de ellos hizo notar la absoluta vacuidad de la última cinta de la franquicia Jurassic Park. Nuestro querido contertulio asistió por vez primera a una sala “4-D”, uno de esos inventos absurdos para retener a las audiencias que en verdad no hacen otra cosa que bastardear la esencia misma del cine, y dicha película era la programada para fungir como conejillo de indias del experimento. La cuestión era que nuestro amigo reconocía que, a no ser por el novedoso sistema de proyección, el filme había resultado más de lo mismo, tan intrascendente como olvidable. Entonces la conversación viró hacia la obvia pregunta acerca de la validez de tanta secuela en cadena, tema por demás interesante, ya que el concepto mismo de “continuación”, “saga” o “secuela” contiene en sí mismo un germen peligroso que la industria hollywoodense parece ignorar por completo, una cuestión de vital importancia que los ejecutivos actuales (todos ellos tiburones corporativos, desconocedores de la esencia misma del negocio del cine) pasan por alto olímpicamente, en pos de un lucro millonario que en ocasiones ni siquiera consiguen, tal el caso de Alien: Covenant (2017), lamentable fiasco de taquilla que mereció mejor suerte y al que ya volveremos más adelante. Desarrollemos a continuación nuestro tema.
la nueva saga jurásica

“LA BESTIA ESTELAR”: Doctor Who celebra su 60 aniversario recuperando toda la magia Perdida

Por Leonardo L. Tavani Calificación: Muy Buena ★★★★ El sábado último regresó la mítica serie Doctor Who . Lo hizo con el primero de lo...