Una Serie que la da Vuelta y Media a la palabra Fantasía



por Leonardo Tavani

Calificación: Excelente ★★★★★


 Dirk Gently’s Holistic Detective Agency (Serie de TV)

Inglaterra, EE UU, Canadá, 2016 y 2017 (dos temporadas, 18 episodios)

Dirección: Paco Cabezas,  Dean Parisot,  Michael Patrick Jann,  Tamra Davis,  Richard Laxton, Douglas Mackinnon,  Alrick Riley,  Wayne Yip – Creada por: Max Landis sobre novelas de Douglas Adams - Fotografía: John Pardue, Sammy Inayeh – Música: Cristobal Tapia de Veer, The Newton Brothers – Guón: Douglas Adams, Max Landis, Sinead Daly, Molly Nussbaum, Robert C. Cooper, Andrew Black, Russel Friend, Garrett Lerner, Matt Goldman - Elenco: Samuel Barnett,  Elijah Wood,  Hannah Marks,  Fiona Dourif,  Jade Eshete, Mpho Koaho,  Michael Eklund,  Dustin Milligan,  Miguel Sandoval,  Neil Brown Jr., Richard Schiff,  Aaron Douglas,  Christian Bako,  Alison Thornton,  Zak Santiago, David Lewis,  Osric Chau,  Viv Leacock,  Bentley,  Amanda Walsh,  Izzie Steele, Christopher Russell,  John Hannah,  John Stewart,  Tyler Labine,  Lee Majdoub, Michael Adamthwaite,  Jared Ager-Foster,  Aleks Paunovic,  Alan Tudyk, Amitai Marmorstein . Productora: BBC / IDW Entertainment / Circle of Confusion / Ideate Media / AMC Studios. Distribuida por Netflix.

(Dedicado a mi queridísimo amigo M.D.G., Doctor en Física, quien me honra con su amistad. Gracias a su amor por lo inusual conocí esta serie, así como ciertas películas que merecen el status de culto. Es el verdadero responsable de que este blog exista, además de haber puesto su indiscutible buen gusto a la hora de diseñarlo gráficamente. Pero como todo genio tiene un costado perverso, se ha empeñado tenazmente en que vea Episodio VIII: ruego vivamente para que esta dedicatoria le haga desistir de tan maligna intención.)

            La mejor descripción posible de esta serie la brindó un tal Mark A. Perigard en el periódico norteamericano The Boston Herald: "La serie es 'Sherlock' impregnada con el ADN de 'Twin Peaks', 'Lost' y 'Benny Hill' (...) es una serie deliciosa y adictiva." Sinceramente, este crítico no hubiera podido mejorar esta sentencia. Porque nada la describe mejor, ya que se trata de una mixtura sorprendentemente cohesionada y coherente de elementos tan disímiles, e incluso en ocasiones radicalmente opuestos entre sí, que únicamente se explican por la alquímica amalgama de sustancias tan diferentes como lo son dichas series. Pero repetimos, la mera yuxtaposición de ideas o premisas jamás produciría per se un producto tan sólido como Dirk Gently’s Holistic Detective Agency, sin que haya detrás de la pantalla un cerebro conductor y un equipo creativo como los que la llevan adelante. Un mal bartender mezcla licores porque sí y solo consigue un mal trago, pero uno que ama y conoce su métier obtiene la ambrosía.
Así ocurre con Max Landis (creador del envío), Russel Friend y Garrett Lerner, sus otras manos derechas, quienes mantienen la coherencia interna y la permanente sensación de maravilla que experimenta el espectador, quien nunca sabe ni acierta a adivinar que sorpresa vendrá después. Es más, si algo cabe destacar en esta serie es la perfectísima maquinaria creativa que la sostiene. Nunca jamás se puede soñar siquiera con intuir lo que vendrá; aun para el más experto en dilucidar tramas y giros de guión, esta serie se le presenta como un desafío virtualmente insuperable. Dos temporadas que acumularon 18 episodios en total, y no hubo forma humana de desentrañar ni tan siquiera 35 segundos de acción del capítulo siguiente. Una refrescante novedad que se recibe como agua en el desierto.
         

Un Romance a Contramano

por Leonardo Tavani
Calificación: Excelente ★★★★★

Imagínanos Juntas (Imagine Me & You) Inglaterra, 2005.
Dirección:Ol Parker– Fotografía:Ben Davis– Música: Alex Heffes– Elenco: Piper Perabo, Lena Headey, Matthew Goode, Celia Imrie, Anthony Head, Sue Johnston, Boo Jackson y Darren Boyd. – Fox Searchlight.-


            Luce es una chica bonita y sensible, inteligente y mesurada. Pero tiene un dejo de tristeza en su mirada, en su porte, que la acompaña a todas partes; algo así como un sino indeleble, una marca de agua que certifica su soledad perpetua. Esa soledad que parece adherirse testarudamente a la piel de ciertas personas. Como a ella. Como a muchos de nosotros.   
            Luce está en sus treintas y es florista y decoradora. Algo simple y complejo a la vez, que la mantiene vinculada a las cosas vivas y al corazón de las personas. Cuando alguien pasa por su tienda únicamente tiene que indicar qué sentimiento desea transmitir, o qué metida de pata quiere solucionar, y Luce de inmediato sugiere cual planta o estotra flor deberá obsequiar. Y siempre da en el blanco.
            Luce es lesbiana. Eso no debería ser un problema, ni siquiera un tema a tratar, pero aunque esa Londres de hoy abrace las diferencias con muchísima mayor amplitud que antaño, nunca es fácil ir a contracorriente de lo culturalmente “aceptado”. Siempre alguien te mira mal, siempre alguien piensa que te pasa algo malo, siempre alguien te juzga. Y si sos una chica mucho peor todavía. Luce está sola. Y sueña. Aunque cada vez menos. Para colmo carga con la culpa de no poder hacer casi nada por su mamá, que se mantiene  recluida  a causa de una depresión clínica que le sobrevino después de enviudar. Luce se asegura que vaya al psiquiatra, la visita todo el tiempo, pero la embarga cierta impotencia. Su madre —llamada Ella— la adora y la acepta tal como es, pero ella sabe que en el fondo, silenciado, está el mismo reclamo larvado de siempre: que no habrá nietos, que no habrá postal de Hallmark con la tribu Brady..., en fin, esas cosas.

            Del otro lado de la ciudad está Rachel. Igualmente hermosa, optimista, tan inteligente y vivaz como cabría esperar de una chica moderna y vital como ella. Esa mañana, sin embargo, hay nervios, apuros y corridas: va a casarse con Heck, su novio desde la secundaria, con quien convive desde hace años. Le pondrán el broche y el anillo a una relación estable y sólida. Mientras todos se preparan, chismorrean o se acicalan, por allí vemos a Luce. Es la encargada de adornar la iglesia y decorar la carpa para la fiesta. La madre de Rachel, la autoritaria e intolerante Tessa, la invita a quedarse. Es un formalismo y también, por qué no, una forma de completar el pago por el servicio. Ella acepta; de todos modos debería volver horas después para retirar las flores y los arreglos, así que matará dos pájaros de un tiro. Pero en un instante preciso ocurre algo: su mirada y la de Rachel, que va marchando hacia el altar del brazo de su padre, se cruzan por un instante. Y saltan chispas. Ella lo siente en las entrañas. Es inexplicable. Pero Rachel percibe también idéntica energía, idéntico ardor, aunque no sabe exactamente de qué se trata ni qué significa, aunque no haya vivido algo así nunca jamás. Claro que hay un problema, y está a la vista. La chica que acaba de trastocar su universo se está casando, y con un chico. Es obviamente heterosexual, pero aunque nada está escrito en piedra, tampoco es cuestión de confesarle tu amor a una recién casada en su propia fiesta de bodas.

Errol Flynn: Un Aventurero Infatigable

por Leonardo Tavani

        
    Sin dudas hubo actores mejores que él, galanes más apuestos, hombres más sanos y disciplinados; pero tampoco caben dudas de que ningún otro encarnó como él al aventurero romántico, tanto dentro como fuera del set. Lo hizo todo, lo probó todo. Conoció la gloria y la miseria, la fama y la degradación. Sus mejores personajes fueron él mismo, y él mismo fue un personaje fascinante y complejo. Por ello tiene que tener su lugar aquí, incluso antes que Bogart o Wayne, porque ningún blog que se precie de homenajear al cine puede prescindir de su presencia. En la parábola de su vida se conjugan las luces y sombras de un Hollywood a veces cruel, que podía incluso arruinar las carreras de sus estrellas bajo contrato al proporcionarles vehículos y directores inadecuados para sus talentos. Fue un dios y luego un pordiosero, fue un actor competente y una estrella rutilante, y al mismo tiempo un ser patéticamente autodestructivo, incapaz de poner el freno a tiempo. El panteón más sagrado del cine de aventuras lo tiene en su altar mayor porque su propio nombre es sinónimo de exotismo. Redescubramos juntos, si aceptan la invitación, a un grande entre grandes: Errol Flynn.
Su Vida
      
   El irredimible Errol Leslie Thomson Flynn, que ese era su eufónico nombre real, nació el 20 de junio de 1909 en Hobart, Tasmania. Su padre era un prestigioso zoologo y biólogo marino australiano, que recorría los océanos del mundo estudiando la fauna ictícola. Errol fue enviado a las más prestigiosas escuelas de Australia e Inglaterra, pero fue inexorablemente expulsado de todas ellas. Rebelde, indisciplinado, portador de un esperma urgente que no dudaba en obsequiar incluso a quien no lo quisiera, ya a los 15 retorna a Sydney para iniciarse como oficinista en una compañía naviera local. Le duró poco: apenas cumplidos los 16 se enlista en un buque y parte hacia Nueva Guinea para ponerse a las órdenes del gobierno colonial. Trabaja un tiempo para la Marina Real pero rápidamente pierde el interés; unos piratas (circa de 1925 tanto el Índico como el Pacífico estaban infestados de bucaneros de pura cepa, claro que sin pata de palo ni parche en el ojo!!!) lo convencen de unirse a ellos para buscar oro. Se suponía por entonces que en las aguas bajas que rodeaban todo el archipiélago Malayo se hallaban pepitas y vetas de baja profundidad, así que la mayoría de los piratas abandonaron temporalmente el asalto de buques mercantes para intentar su recolección.

50 años de un clásico inoxidable


 por Leonardo Tavani
Calificación: Muy Buena (★★★★)

El Planeta de los Simios (Planet of the Apes), EE UU, 1968.
Dirección: Franklin J. Schaffner. Guión: Michael Wilson y Rod Serling, sobre la
novela de Pierre Boullè. Fotografía: Leon Shamroy. Música: Jerry Goldsmith.
Intérpretes: Charlton Heston, Roddy McDowall, Kim Hunter, James Daly.
Fox, 112 min.-

(Dedicado a mi gran amigo R.D.N., quien pidió expresamente esta review. De no complacerlo, juramentó obsequiarme la discografía completa de Michael Bolton. Ruego no cumpla tamaña amenaza)

     
    Primero fue la novela del francés Pierre Boullè  —también autor de “El Puente sobre el Río Kwai” (magistralmente llevada al cine por David Lean) —  una historia sumamente entretenida, de ágil lectura y con un inexorable (y quizás claustrofóbico) final. Publicada en 1963, en su momento se discutió si su trama realmente pertenecía a la sci-fi pura y dura. Existían elementos ambiguos en ella, uno de los cuales era sencillamente el motivo que originaba la inteligencia en los simios: durante siglos actuaron por simple imitación de los humanos, hasta que ese ejercicio mímico despertó la autoconciencia en la especie. Es cierto, no es una explicación demasiado elaborada ni arropada con las mantas de la jerga científica, pero aunque dicha objeción  fuera sostenible, eso no le impidió a la novela ocupar su legítimo sitial en el panteón fantacientífico. Por fortuna prevaleció la comprensión cabal de las intenciones de su autor, que consistieron en construir un cuento filosófico y moral al mejor estilo volteriano —ambientado en un entorno futurista, que permitiera resaltar las paradojas de la ecuación evolución/decadencia— tanto como la capacidad del espíritu humano para enfrentar la adversidad extrema y encarar lo absurdo e irracional (aquello que desquicia tanto nuestro esquema de valores como nuestra visión del mundo). Por mucha polémica y discusión que encendiera, la novela acabó por influir decididamente en el panorama de la sci-fi literaria de mediados de los ‘60s. Que llegara al cine solo era cuestión de tiempo, y que los americanos la adaptaran primero casi una obviedad. Los franceses estaban por entonces inundados de Nouvelle Vague, demasiado embargados de solemne cinèma verité  como para ocuparse de unos monitos que hablan.
            Lo cierto es que ese mismo año de 1968 se estrenaba el título seminal del género, 2001: A Space Odyssey (Stanley Kubrick), un filme ciento por ciento británico, y Hollywood no podía ni quería quedarse atrás. Ya desde mediados del ‘67 el productor Arthur P. Jacobs estaba embarcado en el proyecto, cuyos derechos había comprado para Fox, a la vez que se asocia con Rod Serling para darle forma, contenido y fondo. Serling era una figura mítica de la TV americana: había creado, producido, co escrito y presentado nada menos que La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone, CBS: 1959-64), y en cine contaba con éxitos como Seven Days in May (1964, John Frankenheimer) o Saddle the Wind (1958, Robert Parrish). El propio productor trajo al proyecto al talentoso Michael Wilson, ganador del Oscar a mejor guión adaptado por A Place in the Sun (1951, George Stevens), contribuyendo de esa forma a su genuina rehabilitación pública. Ocurre que Wilson fue una de las víctimas de la persecución maccartista a los miembros de la industria del cine; se negó a testificar ante una comisión del HUAC (siglas en inglés del Comité de Actividades Anti Norteamericanas) —a la vez que fue señalado como simpatizante comunista  por un ignoto testigo—  por lo que fue injustamente incluido en la aberrante lista negra. Por años trabajó por escaso dinero y debiendo firmar con pseudónimos, adjudicando sus guiones a terceros o bien de forma anónima, no acreditado. De esta humillante manera debió co escribir nada menos que los guiones de dos clásicos del cine: The Bridge on the River Kwai (El puente sobre el río Kwai. 1957, David Lean) y Lawrence of Arabia (1962), también de Lean.

        

El Sueño Americano, Lado “B”



Por Leonardo Tavani
Calificación: Excelente ()
Showgirls  (USA, 131 min.). Carolco/ MGM-UA
Dirección: Paul Verhoeven. Guión: Joe Eszterhas.
Elenco: Gina Gershon, Elizabeth Berkley, Kyle MacLachlan, Glenn
Plumier, Robert Davi, Greg Travis y Gina Rivera.-

       
     ¿Qué el sexo es una forma de poder? ¿Qué la sexualidad puede usarse como un arma? ¿No me digan? ¡Chocolate por la noticia...! OK, digamos que Nomi Malone también lo sabe. O lo intuye, que viene a ser lo mismo. O lo viene poniendo en práctica desde hace rato, que viene a ser lo mismo de lo mismo. Y sabe cuidarse, ojo con echársele encima así como así. La chica porta una navaja casi tan afilada como su ambición. Y sabe usarla. Igual que sabe usar su vulva y todo el resto. Cuando quiere, como quiere; dónde quiere ya no es tan seguro; en fin, que en el pasado tal vez no pudo elegir ninguna de esas cosas, porque sobrevivir tiene sus bemoles. Tampoco tenemos que estar muy seguros de que Nomi se llame Nomi, como no nos consta que sepa bailar profesionalmente, aunque es cierto que hay múltiples formas de mover el cuerpo y ella parece dominar varias.
            Entonces, la luz se hace. Del fundido a negro al sol de la carretera. Y las montañas. Y el Estado de Nevada ahí nomás. Y en Nevada está Las Vegas, la ciudad que no es ciudad, el lugar del no lugar, el sitio del neón perpetuo, el oropel ocultando el oro, el terciopelo cubriendo la propia piel a jirones. Y la chica quiere ir allí, porque todo lo que encandila atrae. Atrae y promete. Y todo lo que promete encuentra un oído atento y dispuesto, porque cuando se huye de algo, muy especialmente del propio pasado, se escuchan siempre las melifluas voces que auguran el cambio milagroso. Para dejar de ser lo que se es. O lo que se fue.
O aquello que no podemos abandonar ni en una banquina ni en una maleta, porque sigue adherido a nuestro pellejo interior, ese que oculta algo parecido a una máquina que bombea sangre. Sentimientos no, por supuesto. Para eso se necesita ser humano, y cuando se quiere olvidar, ser otro, se deja de ser humano; nos convertimos en títeres de la negación. Y eso trae consecuencias. Pregúntenle a Nomi, si no me creen, ¿pero no les dije antes que acaso no se llame Nomi? Se sabe, los nombres pueden ocultar. Y pueden develar.
            Cuando ella se suba a la camioneta del vaquero que la levanta en la ruta, creyendo que la tendrá fácil, éste se encontrará con la navaja en su rostro. Se los dije, la chica es brava. Y él es machista, tanto que a la tercera frase que dice, Malena Pichot querrá degollarlo con un tramontina desafilado, así que mejor no le recomendemos esta peli. Le va a hacer mal. Y con qué necesidad...!!!

Un viaje por el film que redefinió el horror

Acerca de El Exorcista
                                         
         Por Leonardo Tavani
Calificación: Excelente ()

The Exorcist (U.S.A., 1973. 121 min.) Warner Bros.
Dirección: William Friedkin. Guión: William Peter Blatty, sobre su novela.
Reparto: Ellen Burstyn, Jason Miller, Max Von Sydow, Lee J. Cobb,
Jack MacGowran, Kitty Winn, Linda Blair y Titos Vandis.
Fotografía: Owen Roizman y Billy Williams. Diseño: Bill Malley.-

        
    Este es el film que lo creó todo. Olvídense de It, ignoren Saw, Hostel, Annabelle, y despídanse de los monstruos clásicos. Nada, nada en absoluto se le parece. Ningún otro film lo ha superado, ninguno jamás lo hará. No se puede. Es imposible. Nada ni nadie podrá quitarle el trono absoluto e indiscutido del cine de terror. Porque la mejor película de horror de toda la historia del cine tiene un título, y ese título es a la vez signo y significante, símbolo y señal: EL EXORCISTA.
            Corría la primavera boreal de 1973 cuando los cines de EE.UU. estrenaron la cinta que generaría una revolución mundial; imitada hasta el hartazgo, comentada en programas de TV, discutida en libros de religión, sensacionalismo y superchería; tapa de revistas de toda índole, incluida la prestigiosa TIME. Polémica y revulsiva a la vez, El Exorcista provocó más de 11 muertes registradas por paro cardiorrespiratorio sólo en distintas salas de la costa este. La paranoia fue total. Pero ninguna muerte impidió el firme avance de su taquilla desbordante. Todos iban a verla. Todos discutían sobre ella. Vómitos, lipotimias, desmayos; Warner tuvo que enviar veedores a cientos de salas de cine, porque gracias a un verdadero aluvión de cartas de espectadores se enteraron que los exhibidores cortaban las partes más horrendas para no tener que limpiar ni los baños ni las propias salas. Así como lo leen. Propietarios de cines con pisos alfombrados se negaron de plano a proyectarla. Varios autocines la quitaron del circuito porque en sólo pocas semanas se registraron choques múltiples tras las proyecciones: los conductores salían tan shockeados y mareados que acababan colisionando.

Todo esto es real. Es información veraz, no extraída de internet sino de la bibliografía de la época. Pregunta, ¿cuándo otra película del género ha provocado semejantes reacciones? ¿Acaso alguna lo hará?
         

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