Por
Leonardo Tavani
Calificación:
Muy Buena (★★★★)
Espiando a los Vecinos (Keeping
Up with the Joneses)
EE UU, 2016. 105 min.
Dirección: Greg Mottola - Guión: Michael
LeSieur - Música: Jake Monaco
Fotografía: Andrew Dunn - Reparto:
Jon Hamm, Isla Fisher, Zach Galifianakis,
Gal Gadot, Maribeth Monroe, Ming Zhao, Jeff Chase, Ari Shaffir, Cullen
Moss,
Amy Parrish, Inder Kumar, Patton Oswalt, Matt Walsh, Michael Liu, Kevin
Dunn.
Productora Fox
2000 Pictures / Parkes+MacDonald / Image Nation.-
De vez en cuando Hollywood te sorprende. Es cierto que ya no lo hace
tan a menudo como antes, más bien una vez cada muerte de Papa, pero cuando eso
sucede te embarga una sensación de euforia difícilmente comparable a ninguna
otra cosa. Exceptuando eso, claro está. Esto viene a cuento
porque Espiando a los Vecinos, filme que se nos había escapado
olímpicamente, resulta una gratísima y muy divertida sorpresa, un afortunado y
bienvenido regreso de la comedia de espionaje. Ahora bien, que los yanquis son
expertos en mezclar géneros nadie lo duda. Dueños de la coctelera de oro, han
sabido conjugar con suma maestría líneas y estilos narrativos que otrora
parecían estancos e inamovibles. De entre esas mágicas alquimias es la Comedia Policial la que más frutos
artísticos —y comerciales— ha conseguido a través de los años. Por “policial” entiéndase tanto las variantes
de espionaje, thriller, atracos, gángsteres y acción. Viene a nuestra memoria
una joyita como The In-Laws (1979, Arthur Hiller), maravilloso filme en el que
un rutinario dentista —cuya hija acaba de casarse— se ve invadido por su
reciente consuegro, quien dice ser agente de la CIA y junto al cual vivirá por
la fuerza una alucinante aventura que lo dejará al borde del colapso. Esos dos
monstruos de Alan Arkin (The Seven Percent Solution, 1976) y
Peter Falk (Columbo, 1971-‘77; Cookie, 1989) se divirtieron como
nunca gracias a un perfecto guión de Andrew Bergman (Un Novato en la Mafia/The Freshman, 1990) en el que todo era
perfectamente posible. La remake de hace unos años, con un avejentado Michael
Douglas en el rol del consuegro invasivo, causaba vergüenza ajena, por decir lo
menos.