Por Leonardo L. Tavani
Calificación: REGULAR ★★
Parece
una ironía que este extenso período de casi cinco meses sin actividad en el
blog (debido a una crisis de salud de un ser querido, concluida de la peor
manera) se haya abierto con la crítica a una biopic, y que finalmente se cierre
con otra (más allá del formato que las separa, dado que una fue una miniserie y
la que nos ocupa una película en toda regla). Lo cierto es que Angelyne
resultó una grata sorpresa, una feliz vuelta de tuerca a un género gastado y
habitualmente complaciente, mientras que Quiero Bailar con Alguien (Whitney Houston: I Wanna Dance with Somebody,
2022) es una anodina y soporífera muestra de cómo instrumentalizar las
tragedias personales de los artistas para seguir vendiendo y explotando aquello
que bien hicieron en vida. Veamos.