Por Leonardo Tavani
Calificación: Regular (★★)
Valerian y
la ciudad de los mil planetas
(Valerian
and the City of a Thousand Planets) Francia,
2017. 137
min.
Dirección y guión: Luc Besson
– Elenco: Cara Delevingne, Dane DeHaan. Ethan Hawke, John Goodman, Rihanna, Elizabeth Debicki, Clive Owen. -
EuropaCorp.-
¡Ay, ay, ay, Luc Besson! ¡Qué desilusión, pibe! Y mirá que vos sabés
de esto, che… Si te pasaste la infancia devorándote cuanto cómic de tu país hubiera;
si eras un fanático de Jean-Claude Mézières, ese genio del plumín galo que
precisamente ilustraba “Valerian et Laureline”, tu
historieta preferida. ¡Mirá si no sabrás de esto que aquélla deliciosa —aunque
mal entendida— The Fifth Element (1997) no fue otra cosa que un homenaje a
Mézières! Pero no hay caso, che… bien dicen que el que mucho abarca poco
aprieta, y mejor aún, que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Acá pasó todo eso
junto. En fin, tengo que ser profesional y pasar a modo crítico serio. Por lo que valga, allá voy.
Valerian
and the City of a Thousand Planets es el resultado de 25 años de espera
y paciencia infinitas. Fan confeso de la saga de cómics creada a inicios de los
‘60s por Pierre Cristin y el ilustrador
Jean-Claude Mézières, Besson se pasó un cuarto de siglo intentando plasmar en
pantalla esta historia. Como apuntamos arriba El Quinto Elemento tuvo
un diseño visual y estético directamente influenciado por el trabajo de
Mèziéres, pero la historia iba para otro lado, e incluso los muy buenos efectos
visuales del filme no alcanzaban todavía para ilustrar correctamente el mundo
de Valerian. El director galo estaba en posesión de todos los engranajes
necesarios desde hace ya bastante tiempo, pero aún así decidió poner el freno
de mano porque todavía quería hacerse de un elemento más: la distribución
mundial. ¿Cómo? Simple. Fortaleció a su propia compañía, EuropaCorp, hasta
lograr que en el último bienio se erigiera como distribuidora intercontinental;
y si bien no logró distribuir en EE.UU. por sí sola, sí pudo hacerlo asociada a
una major local, Columbia/Sony para
ciertas pelis y Fox para otras.
Tanto control,
tanta obsesión pasando por una sola cabeza parece haber afectado seriamente al
producto final, de modo que el vuelo creativo y la audacia formal que son
maraca de fábrica del director de Nikita (1991) se esfumaron apenas
pasados los créditos de apertura. Porque si algo genera entusiasmo en ‘Valerian
y...’ es su espléndida secuencia de créditos principales, una obrita
maestra de elipsis narrativa y puro lenguaje visual —que es la materia misma
del cine como arte— que transcurre mecida por los acordes de “Space Oddity”, el temazo de David Bowie
en su etapa Ziggy Stardust. Apenas
pasa esta perlita y comienza la película propiamente dicha, las cosas empiezan
a diluirse como granadina en agua mineral. El asombro visual es permanente y el
diseño de este universo futurista impacta como pocas veces; es más, dado que la
peli fue un estreno del último trimestre del 2017, resulta patente el contraste
entre los impecables y sencillamente asombrosos efectos visuales de Valerian,
contra gran parte de los tanques made in
Hollywood del año, que dieron vergüenza ajena, con la sola excepción de la
extraordinaria Blade Runner 2049, simplemente perfecta en todos sus rubros.